Y en su texto fundamental de 1898, Hampa (antropología picaresca), en el que se puede rastrear a Lombroso, se sientan las bases de la antropología afrorománica que inició Ortiz en Cuba, que hace derivar la antropología hacia el lenguaje como fuente para penetrar la criminalidad. Y vista en retrospectiva, esta antropología criminal fue la antesala del fascismo de los años 20 en Italia. Y ello lleva al concepto de prevenir, no de curar y al consiguiente desarrollo de la policía científica, que encubre a la antropología criminal y que buscaba eliminar todo tipo de sociedades secretas: concebidas como cuna de la delincuencia. El tatuaje es pues un indicio y un lenguaje que el referido Salillas rastrea en los diferentes presidios de la España del siglo XIX. Proceso que convierte al tatuaje y al graffiti en lenguajes secretos. E iba tras ellos no como escritura exótica sino como archivo ambulante y medio de comunicación en cautiverio. ¿Qué había hecho Lombroso? En su libro Los palimpsestos de las prisiones de 1894, Lombroso recopila durante cuatro años tatuajes y graffiti en cárceles italianas. Asumiendo el lenguaje del primer Ortiz, sin una crítica juiciosa, Echevarría llama a aquellos submundo afrocubano.Īhora bien, para comprender a Ortiz, habría que describir la trayectoria de Salillas y sus implicaciones en Cuba, siguiendo la ruta de Cesare Lombroso, el famoso criminalista italiano del siglo XIX y a quien se debe la invención del término antropología criminal. Pero en el caso cubano, como también en el brasileño, está visión anidó un prejuicio palabra que también pongo entre comillas por razones que se exponen en un trabajo que presentará una de las miembros del Patronato del CIR que un autor como el mismo González Echevarría fue capaz de expresar, al referirse, y en el siglo XXI, a los negros que estudió Ortiz en el siglo XX. Si en Cuba hubiera una verdadera colonia penitenciaria, el problema (el aislamiento del brujo) estaría casi resuelto, pues en ellas los brujos podrían ser dedicados a trabajos especiales, aislados de las demás categorías. Pues bien, Ortiz asume esta perspectiva y la aplica a su estudio de lo que llamó el Hampa afrocubana, título de un libro que publicó en 1906 y en el que se puede leer esta frase: Estuvo en Ceuta, a donde fueron llevados en calidad de presos miembros de la entonces proscrita secta Abakúa, a los que interrogó durante sus viajes a esta posesión española del norte de África.Įl trabajo de Salillas se explica por una visión sociológica, -que yo comparto-, según la cual el hampa constituye el estrato social donde lo humano, lo terriblemente humano se manifiesta al desnudo, por lo cual sirve para comprender, no al hampa en sí misma, sino desde ella al resto de la sociedad y la cultura, tal y como bien lo expresa Roberto González Echevarría, un cubano profesor de la Universidad Norteamericana de Yale. Salillas, un autor básico en el estudio de la picaresca española y en la obra de Cervantes, consideraba a ambas como precursoras de la etnología criminal. Hasta España, en el siglo XIX, con la figura de Rafael Salillas, un importante médico criminólogo, que en 1888 escribió un libro que hizo época, La Vida Penal en España, y fue fundamental en la obra de Fernando Ortiz. Al preguntar el por qué de este hecho? Intento hacer una indagación cultural y sociológica que se prolonga a un tiempo muy anterior a los últimos 50 años. Pese al discurso del gobierno.Īhora bien, aunque lo parezca, este texto no es político. No pregunto si, la policía es racista, sino por qué lo es? Doy por sentado que el programa para enfrentar el delito pongo delito entre comillas por razones que explicaré más adelante tiene claras pautas racistas y se estructura para el control institucional de un sector que, cultural y sociológicamente, se percibe como contrario al modelo de integración propuesto por el Estado. Me quedo, -eso sí-, con la pasión, sin perder la racionalidad, que parece ser el único ángulo desde el que aparece con claridad un problema que todavía se tiende a negar.Įl título de este texto, que pretendo ampliar y pulir más adelante, es inequívoco. Sin embargo, voy a tratar de no atenerme enteramente al sentido de la expresión, porque me parece importante la claridad expositiva en un tema tan visceral como el del racismo en Cuba. Era tan vivo, ardiente y sensible el tema sobre el que escribían, que no se detenían ante el diccionario o los manuales de gramática para arreglar la frase según los cánones establecidos por su lengua particular. Con esa expresión casi metafórica, Vallejo insinuaba que existían personas que exponían sus ideas desde la pasión, olvidando las reglas aceptadas de la escritura correcta. Ponencia presentada por Manuel Cuesta Morúa en el Tercer Taller del Comité Ciudadano por la Integración Racial.Ĭomo decía Cesar Vallejo de algunos escribientes, redacto este texto sudando.